¿ESPAÑOL O PERUANO? COMPOSICIÓN DEL EJÉRCITO REALISTA QUE INVADIÓ LA CAPITANÍA GENERAL DE CHILE EN 1813
Uno de los
temas que más tenso pone los ánimos entre foristas chilenos y peruanos, es la
pretensión y el deseo de algunos de estos últimos de apropiarse y acaparar la
autoría de haber invadido a "Chile" en el pasado a través del
"Ejército Real del Perú", integrado, aseguran estos, en su mayoría (o
su totalidad) de personal "peruano" (un ejército "étnicamente
peruano" han comentado algunos). Esto no hace más que faltar a la verdad.
La mañana del
27 de marzo de 1813, con el desembarco del brigadier Antonio Pareja en las
costas de San Vicente (Provincia de Concepción), se daría inicio en Chile la
Guerra de la Independencia, guerra que se prolongaría más allá de la heroica
jornada de Maipú en 1818, sino hasta 1826, año en que cae el último bastión
español del territorio: Chiloé.
El
"ejército "que zarpó del Callao el 12 de diciembre de 1812 por
disposición del virrey Abascal -sostiene Barros Arana- estuvo compuesto de
apenas algunos oficiales y 50 soldados veteranos cuya utilidad sería la
instrucción de reclutas en el sur de la capitanía, lugares desde donde se
compondría el grueso del Ejército Realista en Chile hasta el fin de la guerra:
Chiloé, Ancud, Castro y Valdivia, lugares poblados y habitados, históricamente,
por gentes provenientes de la Capitanía General de Chile. Este punto puede ser
contraargumentado indicando que la provincia de Chiloé, en el sur del
territorio, dependía del virrey del Perú desde 1768, situación que no falta a
verdad, sin embargo, dicha dependencia nunca se tradujo en un movimiento de
población desde "Perú" a Chiloé, por lo que la composición social de
la isla continuó siendo "chilena".
Ahora bien,
incluso dentro de los hombres que viajaron del Callao junto al brigadier
Pareja, no todos eran españoles o peruanos. Por ejemplo, los oficiales José
Hurtado (encargado de disciplinar al batallón veterano de San Carlos) o José
Rodríguez Ballesteros (encargado de disciplinar al batallón de milicias de
Castro) eran, respectivamente, de Chiloé y Santiago.
De este modo,
las fuerzas chilenas que se lograron reunir, entrenar y disciplinar en Chiloé
-sostiene Rodríguez Ballesteros- alcanzó el número de 1.370 hombres (entre el
batallón de San Carlos, de Castro y la artillería de Tomás Pla), cifra que se
elevaría más tarde a 2.070 hombres luego de la adhesión a la expedición del
batallón de infantería de la Plaza de Valdivia y su artillería.
De esta manera,
de un total de 2.070 hombres que desembarcaron en San Vicente y dieron inicio a
la guerra, tan sólo un 2.5% de la fuerza aproximadamente era de España y/o
Perú. Con la incorporación de milicianos durante la campaña en el Bio Bio (en
ciudades como Concepción, Chillán o Linares), el total de la fuerza se elevó a
unos 5.000 hombres, por lo que el porcentaje bajó aún más (1% aprox). Más
tarde, y hacia finales de la llamada "Patria Vieja" -tema que podría
tratar más adelante- el porcentaje se elevaría un tanto con la incorporación de
dos Compañías del batallón Real de Lima (300 hombres) y el batallón Talavera
(550).
Por lo expuesto
anteriormente, mi opinión personal es que no existe asidero alguno para
reivindicar para Perú o España los triunfos o las derrotas que este Ejército
Realista -cuya composición fue casi completamente de la Capitanía General de
Chile-, obtuvo en las campañas iniciadas en 1813.
FUENTES:
-BARROS ARANA,
Diego: Historia General de Chile, tomo IX, Editorial Universitaria, Santiago de
Chile, 2002.
-CAMPOS
HARRIET, Fernando: Los defensores del Rey. Editorial Andrés Bello, Santiago de
Chile, 1958.
-PUIGMAL,
Patrick - CARTES MONTORY, Armando: De la Alsacia al Bio Bio 1815-1819. PEDCH -
Universidad de los lagos, Chile, 2008.
-RODRIGUEZ
BALLESTEROS, José: Revista de la guerra de la Independencia de Chile: tomo 2,
imprenta Cervantes, Santiago de Chile, 1902.
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