Los siete pecados capitales del Imperio Alemán en la Primera Guerra Mundial: 6° Brest-Litovsk o la última oportunidad desaprovechada

Pese a los pecados anteriores, Alemania sorprendentemente aún tenía la capacidad para forzar una última batalla en el oeste, un último esfuerzo bélico antes de que los norteamericanos llegaran en masa, pero nada más, no había ya más recursos para mantener a los miles de hombres en el frente. Dicha oportunidad se dio en la primavera de 1918. Como afirmaría Haffner, el fallo alemán no consistió en no arriesgarlo todo, sino en no hacerlo. Si realmente el Káiser hubiese aprovechado esta nueva oportunidad de ganar la guerra (o al menos lograr un acuerdo de paz honroso), hubiese dispuesto todos los recursos disponibles al frente occidental. Una oportunidad como aquella era imposible que volviese a presentarse (pues el número de efectivos dispuestos por EEUU sería determinante más tarde), era todo o nada.


Tropas germanas rumbo al frente Occidental

La ofensiva (Kaiserschlacht) se decidió en cuarenta días, entre el 21 de marzo y el 30 de abril de 1918. Durante el ataque los alemanes trataron de aislar a los franceses de los ingleses (como lo lograrían las Wehrmacht en la Batalla de Francia en 1941). El éxito de la operación hubiese desprovisto a Francia de la victoria y también habría dejado a los EEUU sin base de desembarco en Europa. No obstante, pese a lo poco que faltó, el objetivo no se cumplió. En Amiens y en Hazebrouck, el 26 de marzo y el 10 de abril respectivamente, los ingleses se vieron acorralados y ad portas del desastre. No obstante, no hubieron suficientes alemanes para persistir en la ofensiva. Haig más tarde afirmaría que media docena de divisiones alemanas más hubiesen determinado una derrota estratégica.



General Erich Ludendorff, 
quien lideraría la ofensiva 
alemana de 1818

Pero, ¿había más divisiones alemanas disponibles? Sí, en el este, pero la sed de conquista del Imperio Alemán por construir y cimentar un gran Imperio Oriental les hizo desaprovechar la oportunidad. En 1917 hubo 141 divisiones alemanes en el oeste y 99 en el este (más 40 divisiones austriacas). Es decir, en la gran ofensiva en el oeste el Imperio Alemán pudo haber reunido 240 divisiones (sólo contando alemanes), sin embargo, sólo hubo 190 divisiones alemanas y 4 austriacas. En efecto, cerca de un millón de hombres ocuparon y/o conquistaron lo que el Tratado de Brest-Litovsk les permitía: Finlandia, Estonia, Ucrania, Crimea, Livonia y más.




Todo lo que conquistaron estas divisiones en el este se perdería irremediablemente si eran derrotados en el oeste. Y la guerra se perdió irreparablemente allí, pues en el momento de más necesidad, la pérdida de la noción de la realidad del Káiser le impidió disponer de dichas tropas en occidente.


Fuente: Haffner, S. (1964) Los siete pecados capitales del Imperio Alemán en la Primera Guerra Mundial.

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