Los siete pecados capitales del Imperio Alemán en la Primera Guerra Mundial: 1° El alejamiento de Bismarck
La gran ruptura entre la paz y el
periodo prebélico tuvo lugar alrededor del cambio de siglo, y lo que cambió
entonces fue la política alemana, nada más; las últimas décadas del siglo XIX
fueron las más pacíficas de la historia europea gracias a la política alemana,
de la mano de Bismarck. Sin embargo, a partir de 1897, se produjo una ruptura
en la política alemana: dejó de ser pacífica.
El
surgimiento del Imperio Alemán alteró el equilibrio europeo. Bismarck fue
consciente de esa dificultad, que logró superar con una política cautelosa en
extremo, que limitó e hizo visibles los intereses germanos, y que evitó pisar a
las demás potencias. De hecho, Bismarck consideró que con la fundación del
Imperio, el país había logrado una situación óptima (en cuanto a intereses
territoriales). Esto era muy importante, pues el imperio nació con la
"enemistad secular" de Francia y desde 1878 las relaciones con Rusia
se deterioraron. Desde entonces, la amenaza de una alianza franco-rusa contra
Alemania era factible; Bismarck supo evitar dicha amenaza. Jamás concibió la
posibilidad de provocar una guerra, ni mucho menos la de enfrentarse a
Inglaterra sin necesidad. No así Guillermo II, de personalidad más compleja y
ambiciosa.
A fines de siglo (ya Guillermo II había despedido a Bismarck) nació en Alemania un sentimiento de insatisfacción y, al mismo tiempo, se percibía una fuerza creciente. Las ideas de “cambio radical”, de una “Weltpolitik” y de una “misión alemana” se apoderaron del país; la política alemana cambió. Alemania debía ser la potencia rectora y protectora del orden establecido; Inglaterra debía dejar de ser la potencia hegemónica fuera de Europa sino una más entre iguales (motivo del Plan Tirpitz). ¿Cuál es el problema? Alemania estaba en su derecho de querer superar a Inglaterra, sin embargo, no eran enemigos, e Inglaterra no cedería pacíficamente, y Alemania lo sabía. De hecho, en 1900 Alemania rechazó una propuesta de alianza de Inglaterra; fue la señal definitiva de que el desafío alemán iba en serio.
Sin embargo, si el desafío iba en
serio, Alemania debió haber buscado una reconciliación con Francia y Rusia,
pero no, se sentían demasiado fuertes (y lo eran). Confió en que Inglaterra
jamás se alinearía con Francia ni menos con Rusia. Sin embargo, en 1904
Inglaterra puso fin a sus conflictos coloniales con Francia, en 1907 con Rusia.
Alemania estaba "cercada", era el momento de recapacitar. La guerra
estaba a la vuelta de la esquina, la carrera armamentista estaba a pleno. Por
ello, el primer error decisivo que cometió Alemania fue el alejamiento de la
política de Bismarck.
Fuente: Haffner, S. (1964) Los siete
pecados capitales del Imperio Alemán en la Primera Guerra Mundial.
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