Argentina previo a la crisis de 1929, políticas durante el primer cuarto del Siglo XX
Resumen:
La crisis de
1929 tuvo connotaciones de carácter mundial, aún no totalmente determinadas
para y por los estudiosos de economía e Historia, en el caso latinoamericano se
puede apreciar que gran parte de los países fueron afectados de manera negativa
en sus relaciones externas e internas. Específicamente en Argentina, ésta
ocurrió en un momento de tensión durante el período final de los gobiernos
radicales de principios del siglo XX, los cuales estaban siendo muy presionados
por el pensamiento conservador. A lo largo de este escrito se realizará una
revisión bibliográfica de los acontecimientos previos al estallido de la Gran
Depresión, los cuales permitirán analizar y caracterizar dos grandes ejes con
sus problemáticas: Argentina a principios del Siglo XX y Fin del radicalismo e
inicios del conservadurismo.
I.-
Argentina a principios del Siglo XX
El proceso de
integración de Argentina realizado durante la centuria anterior al siglo XX se
dio de manera efectiva, notando grandes avances en materia económica, con la
expansión de la agricultura y los pequeños cambios en la industria ganadera.
Esta integración se favoreció con los tratados firmados con Gran Bretaña donde
se acordaba un intercambio de productos agrícolas de Argentina, principalmente
cereales por las manufacturas y productos industriales británicos, si bien esto
abrió las puertas de Argentina al mercado internacional de manera súbita,
recrudeció la dependencia económica, tónica de los países latinoamericanos.
Esta unión de la economía argentina con la británica fomentó una estabilidad y
una especie de seguridad a los mandatos ocurridos durante esos años, y a su vez
a una expansión de los productos primarios producidos por el país trasandino,
sobre todo en ámbito agropecuario, instalándose una precaria y básica industria
alimenticia, la que, a pesar de su dependencia externa total, funcionaba de
manera bastante eficiente para la realidad económica del país.
En el aspecto
político, en los primeros años del Siglo XX se apreciaron ciertas corrientes reformistas, acarreadas debido a las influencias del socialismo en los
movimientos obreros y sociales de las décadas anteriores, las cuales volvieron
a despertar y tomar fuerza en los primeros cinco años de 1900, junto a la
ascensión y toma de atribuciones del partido político UCR (Unión cívica
Radical), el cual, ya contenía un arraigo social importante en Argentina. Lo anterior contrajo a una serie de medidas
drásticas, como, por ejemplo, la ley de Residencia dictada el año 1902, cuyo
mandato autorizaba a expulsar a los extranjeros que causaban problemas en la sociedad
argentina. En términos más estructurales, durante la segunda década del siglo
XX se apreciaron los esfuerzos políticos argentinos por la realización de una
reforma electoral, la cual buscaba darle frescura a la política argentina y que
a su vez se comenzara a dar, en cierta
medida, un proceso de integración social, debido a que la mencionada reforma
mantenía entre sus medidas la expansión al voto a los hombres nativos y
nacionalizados sin distinción económica, político y social, entregando un
fenómeno de una universalización incipiente del voto, teniendo en cuenta la
realidad de la época donde las mujeres y extranjeros aun no tenían importancia
en esta materia. Teniendo en cuenta lo anterior, la reforma, la cual se materializó en el
Gobierno del presidente Roque Saenz Peña en el año 1912, buscaba como finalidad otras temáticas, como
por ejemplo la de la preocupación de tener el voto de manera secreta, donde los
electores no sintieran presiones por parte de los grupos dirigentes y pudieran
votar a conciencia, dando a conocer sus reales intenciones para la política,
entregando, en cierta medida, una legitimidad a los gobiernos que se elegirían
posteriormente.
En el contexto
de esta reforma electoral a finales del régimen conservador argentino, se dio
la ascensión política importante del grupo radical en el país, comandados por
el partido de la UCR, la cual ganó espacio político en las elecciones de
diputados del año 1914 y posteriormente se afianzó en las elecciones
presidenciales realizadas dos años más tarde, en 1916 donde fue elegido el
primer presidente con el voto secreto universal masculino, Hipólito Yrigoyen,
importante personaje histórico durante el siglo XX y el más trascendental en
los gobiernos radicales, debido a sus dos periodos, de 1916 a 1918 y de 1928 a
1930, el cual fue interrumpido por la toma de poder de los conservadores.
En términos
generales, el primer mandato de Hipólito Yrigoyen se caracterizó por su
intervencionismo federal en las provincias nacionales, las cuales se enfocaban
en mantener cierto orden en el gobierno de turno, lo importante es que estas
intervenciones no son una propuesta solo de los radicales, si no que en la
época conversadora anterior y la que se vendría en un futuro, fue también un tema importante, lo que también se
le suma y beneficia la Ley Sáenz Peña, debido a que la mayoría de las
provincias elegían a sus propios gobernantes. Una característica importante, la
cual lo diferencia de sobre manera al gobierno anterior de Sáenz Peña y los
anteriores, es que Yrigoyen estuvo preocupado de manera más directa en la
cuestión social, debido a que tenía un mayor acercamiento con los grupos
sindicales de obreros y también de estudiantes, esto último importante en la
reforma estudiantil de finales de 1917.
Las estrategias
usadas por Yrigoyen, sumado a la imposición de medidas drásticas y represión a
movimientos sociales derivados de la crisis Post Guerra Mundial y la grave
situación de la Patagonia Trágica, conllevó a recrudecer las diferencias con
los conservadores, sin embargo, estos no pudieron organizarse de manera
eficiente para las siguientes elecciones presidenciales de 1922, lo cual llevó
a otra derrota conservadora y ascenso al poder de Marcelo Torcuato de Alvear,
el cual demuestra tintes notoriamente distintos a los de su antecesor, sobre
todo en materia de imposición de intervencionismo federal.
Alvear se
preocupó de otras temáticas durante sus seis años de gobierno, donde se
caracterizó por su fomento de la producción petrolera en Argentina, con la toma
de importancia de la empresa estatal Yacimientos petrolíferos federales (YPF)
que se creó durante esa época, mejorando los ingresos totales del fisco,
cuestionando por primera vez la nacionalización del oro negro, cuestión
discutida más adelante en la campaña y segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen. De
igual manera las medidas de Alvear se enfocaron en disminuir el gasto público y
aumentar los ingresos mediante exportaciones, sobre todo con la agricultura y
la expansión incipiente de la ganadería en los campos.
Las elecciones
de 1927 estuvieron marcadas por la re postulación de Yrigoyen a la candidatura
presidencial y el constante dilema de la fuerte oposición conservadora, la cual
no podía afianzarse y manifestarse en el conteo de votos, debido a que ganó por
una aplastante cantidad de votos el primer presidente en ser reelecto posterior
a la promulgación de la Ley Sáenz Peña.
Reflexión
importante sobre el periodo radical se centra principalmente en el aumento a pasos agigantados de la oposición, que si bien, siempre existió por parte de
los conservadores, los grupos populares y sociales empezaron a tomar mucha más
fuerza en el segundo gobierno de Yrigoyen, lo que desencadenó a que no
intervinieran estos últimos en la realización de la revolución de Septiembre de
manera directa en el golpe de estado, si no que más bien con otras medidas, las
cuales serán mencionadas en el apartado del golpe de estado de Uriburu. De
igual manera la crisis del 29 apaleó fuertemente a Argentina, sobre todo en
tema económico, el cual había luchado enormemente por expandir en los años
previos, desencadenando una necesidad latente de un cambio en la forma de
administrar el poder central y provincial.
II.- Fin
del radicalismo, inicios del conservadurismo
El gobierno
radical estuvo desde el año 1928 hasta el golpe de estado de septiembre de
1930. Este corto período estuvo marcado netamente por las discusiones sobre la
nacionalización del petróleo, las cuales fueron tomando fuerza entre, incluso
la oposición, con la postura anti norteamericana que se fue divulgando y
fomentando durante la época. Sin embargo, lo que parecía ser el eje del mandato
radical pasó a segundo plano por distintas razones, primero por el
recrudecimiento del rechazo del intervencionismo federal en las provincias como
método de gobierno y principalmente por el estallido de la crisis del 29 desde
Estados Unidos, lo que impactó de manera directa a Argentina con sus
exportaciones e importaciones, llevándose a cabo un proceso inflacionario que
llevaría a perder el poder Hipólito Yrigoyen frente al avance conservador y su
afán de recuperar el poder que habían tenido anteriormente.
Entre las
principales Causas del golpe de estado y de la revolución de septiembre de 1930
se encuentran las siguientes:
Yrigoyen no tenía buena relación con los
personajes conservadores argentinos, debido a que era considerado por sus
opositores como un gobierno que cayó en la demagogia, una de las grandes
críticas a su fallo en la democracia es: “su avallasamiento de las jerarquías
siguiendo los caprichos de la chusma” (Bethell, 2002, pp 6), esto explicado por
los intervencionismos federales altamente criticados durante sus mandatos. El
yrigoyenismo estaba edificado sobre el patronazgo y su solidez dependía del
flujo de gastos del estado. Lo anterior se podía ver sumamente afectado en periodos
de crisis debido a que los recursos iban disminuyendo de manera considerable en
un período demasiado corto para frenar esta pugna. Las demandas de la clase
media y de la clase alta de los conservadores en su segundo mandato causó
estragos en la administración de Yrigoyen debido a que no podía disminuir tan
drásticamente el gasto público (según lo que deseaban los conservadores) ni
tampoco aumentarlo por falta de recursos (demandas de la clase media). Por
último, como causa ya más de carácter detonante, se aprecia una represión
extremadamente fuerte por parte del gobierno radical con las manifestaciones,
donde se pedía la renuncia del senil mandatario, con diversas amenazas respecto
a lo que podía suceder si no realizaba esta acción.
Dato importante
a destacar es el pensamiento que ya se estaba encumbrando durante el gobierno
de Alvear de la realización de un golpe de estado por parte Agustín Justo, el
cual se unió a José Félix Uriburu, figura que estaba en constante ascenso en la
carrera militar y política argentina de la época, en la planeación del
movimiento que posteriormente ocurriría el 6 de septiembre de 1930. Las semanas
previas al pronunciamiento, el presidente Yrigoyen se encontraba con diversos
problemas de salud, esto sumado a su avanzada edad (78 años), lo que derivó en
que el vicepresidente de la nación tomara muchas más atribuciones, éste
personaje era Enrique Martínez, el cual tenía la compleja misión de administrar
y darle prontas soluciones a las situaciones que se venían desarrollando.
El golpe
consistió en una acción militar encabezada por el general José Félix Uriburu,
el cual se venía anunciando en la mentalidad de los argentinos, debido a la
crisis y a todos los conflictos internos acaecidos en el año 1930, sin embargo,
la oposición civil solo tuvo un papel importante previo al golpe de estado,
debido a que se encargó de organizar manifestaciones en las semanas y días
previos al golpe (como el ejemplo de las protestas estudiantiles que ocurrieron
en los días 3 y 4 de septiembre, dos antes del golpe de estado) y usar la
prensa para cuestionar el gobierno radical. Lo anterior se aprecia mucho en la
actualidad también, debido a que las masas populares son alta mente
influenciables por los medios de comunicación masivos (está claro que en el Siglo
XXI no son los mismos medios que hace casi un siglo atrás), esto y sumado al
desabastecimiento y los problemas de empleo podrían explicar de manera
tentativa el actuar de las clases populares en el momento que ocurrió el golpe
de estado. Para afirmar lo anterior, se recurre al testimonio de Felix Weil, el
cual es citado en el texto de Leslie Bethell, volumen 15, en el capítulo
dedicado a la Argentina de los años 30, ocurrió esto:
“Nadie ...
movió un dedo en defensa del gobierno legal. Los trabajadores se mostraron
indiferentes, apáticos, no se convocó ninguna huelga, no se organizó ninguna
manifestación, no se cerró ninguna fábrica ni taller ... Con tantos empleados
del gobierno, especialmente policías y militares, sin cobrar desde hacía algún
tiempo, a la burocracia militar y civil no le importó que se cambiara el
gobierno viciado legal pero insolvente de un reformador senil, fantasioso e
insincero por el gobierno de un general del que podía esperarse que contara con
el favor de los bancos, pagase los salarios puntualmente y recompensara con
generosidad a sus seguidores”. (Bethell, 2002, pp6).
Para finalizar
este escrito, hay que concluir ratificando la importancia del primer golpe de
Estado en la historia de Argentina, debido a que posterior a este comenzó la
recuperación del país trasandino tras la crisis del 29 y la aparición de
movimientos nacionalistas que desencadenaron en la aparición del peronismo
durante las décadas siguientes.
Referencias.
- Audino, P. Tohmé, F. (s/f). El Modelo Agro-Exportador Argentino y sus Descontentos: La Crítica a las Políticas Económicas entre 1900 y 1930. Buenos Aires: Universidad Nacional del Sur.
- Bethell, L.. (2002). Historia de América Latina. 15. El cono sur desde 1930. Barcelona: Crítica.
- Cattaruzza, A.. (2009). Historia de la Argentina. 1916-1955. Buenos Aires: Siglo Veintuno Editores S.A.
- Romero, P. Hidalgo, P.. (s/f). Historia de un país. Argentina siglo XX . Buenos Aires: Canal encuentro.
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